- Allan Brock reincide en la temática gay con la premiada 'Boy Culture'
- «Si hay dinero por medio, las estrellas de Hollywood no tienen prejuicios a papeles de homosexuales»
- El Diario Vasco, 2007-06-07 # C.L.M. · Colpisa · Madrid
Acercarse a la homosexualidad a través del cine no sólo no es novedad, sino que el denominado cine gay cuenta con una de las filmografías «más ricas y variadas que hay. No es un género, llevamos dos décadas viendo dramas, comedias, policíacos y westerns con homosexuales. Hay un público educado en esta temática, ya no hace falta contar quienes son y de donde vienen», asegura el director y guionista norteamericano Allan Brock, autor de una de las últimas películas que ofrece una visión normalizada de las relaciones homosexuales: Boy Culture.
Reconocida en los distintos festivales de contenido gay y lésbico en los que se ha proyectado -en Madrid consiguió el de mejor director, en Gijón el Gran Premio del Jurado y en Tenerife el de mejor película-, Boy Culture, que este viernes se instala en nuestras carteleras, habla de sexo y de emociones a través de un atractivo chico de compañía, X, que describe sus vivencias y relaciones con sus clientes masculinos.
Basada en el best seller de Matthew Rettenmund, libro que llegó a manos de Brocka por el productor de la cinta, este drama sigue a X -el novel Derek Maguyar-, «un tipo oscuro y cínico que aprende a amar y a asumir riesgos emocionales. Este acompañante masculino lo tiene todo calculado, pero el amor no funciona así. Se da cuenta que el sexo cuesta, pero que el amor tiene un precio», advierte el también director de Eating Out, que también se desarrolla en el ambiente homosexual .
Por encima de los estereotipos y clichés, lo que no le impide retratar la frialdad y frivolidad del universo que rodea a su protagonista, el filme sólo cuenta con un nombre conocido, el del veterano Patrick Bauchau. «Para un filme independiente, tener a una estrella es un reclamo, ayudaría mucho a que otros actores se unieran al reparto. Ahora hay muchas estrellas de Hollywood que quieren encarnar a personajes gays, pero sólo si el director es famoso o hay mucho dinero por medio. Nuestro filme no cumplía ninguna de estas dos condiciones», ironiza el cineasta, que destinó la mayor parte del presupuesto -400.000 dólares- en el sueldo de Bauchau.
